En 1973, empecé mi carrera con Eliseo Rey, formándome con él en forma personalizada como profesora de Expresión Corporal y trabajando con él en T.E.A, donde tuve la suerte de enriquecer mi creatividad docente con los recursos que aprendí de Pepa Vivanco y Diana Dreyfus. Esa fue una experiencia maravillosa de trabajo en equipo, de arte en áreas interdisciplinarias, que recorrí con mucho entusiasmo.

Cuando TEA se cerró, a  partir de 1980, comencé con mis propios talleres, y luego instalé mi estudio en la calle Camargo, donde llegué a coordinar un equipo de 10 profesores, y por donde pasaron un centenar de alumnos. Con todos se creo un vínculo de mucho amor y aprendizaje mutuo. Empecé a atender mis primeros pacientes en terapia corporal, y a dictar seminarios de formación profesional para docentes, psicólogos y terapeutas. Como estaba cada vez más interesada en el área terapéutica, hice la carrera de Musicoterapeuta en la USAL, estudié psicoanálisis y gestalt, y trabajé en hospitales especialmente con niños autistas.

Me fui a vivir a El Bolsón, donde trabaje como docente y tuve mi consultorio.

Pero seguía sintiendo una gran división entre mi intensa búsqueda espiritual y los paradigmas teóricos y prácticos que encontraba en las formaciones tradicionales. Fue entonces que viajé a India. Hacer la carrera de Terapeuta Transpersonal organizó mis ideas, y me brindó algo que no esperaba, una relación diferente con mi cuerpo desde lo energético.

Catalina Ripa fue para mi una gran maestra, y la más maravillosa sanadora,  a la que le estaré eternamente agradecida.

Cuando Camargo se cerró por mudanza, empecé a dictar mis cursos en Sendas del Sol. Fui una de las primeras en los consultorios, de este lugar que hoy es una explosión de alternativas. Ahora continúo en Sendas con los talleres de Danza

Actualmente, instalé mi consultorio en Flores donde trabajo principalmente como terapeuta corporal y dicto los cursos de formación para terapeutas.