POR FIN SE DIERON CUENTA!!!
Es una buena noticia que haya llegado a los medios masivos de comunicación esta información,
que tanto ha circulado en nuestros círculos en los últimos años. Parecía difícil que ciertos sectores comprendieran la
gravedad de este tema. Esperemos que esta lucidez vaya en aumento.
Diario Clarín, Domingo 22 de abril de 2007. Buenos Aires,
Argentina Por Mariana Iglesias
Vida cotidiana: niños
inquietos y desatentos Alertan que 200 mil alumnos van a la escuela medicados
En un documento, más de mil expertos argentinos denunciaron que hay sobremedicación. Y que se diagnostica mal
el "Trastorno por Déficit de Atención". Preocupación en los ministerios de Salud y Educación.
Preocupados por el auge que tomó en los últimos años la patologización
y medicalización de la infancia, más de mil docentes, pediatras, psicólogos, psicopedagogos, neurólogos y psiquiatras firmaron
un documento en el que alertan sobre la gravedad de estigmatizar y unificar a un montón de chicos distintos con un mismo diagnóstico:
Trastorno por Déficit de Atención (ADD).
"Asistimos a una multiplicidad de diagnósticos psicopatológicos
y de terapéuticas que simplifican las determinaciones de los trastornos infantiles y regresan a una concepción reduccionista
de las problemáticas psicopatológicas y de su tratamiento", dice el documento, que fue enviado a los ministerios de Salud
y Educación.
"Cada día hay más chicos medicados. Es una barbaridad", dispara
la psicopedagoga Gabriela Dueñas, una de las expertas que firmó el documento. Este grupo de profesionales asegura que hay
200.000 alumnos medicados, el 2,5% de los 8 millones que cursan actualmente el nivel primario y medio en el país.
El DSM IV es un manual creado en los 90 por psiquiatras de EE.UU.
que explica distintas patologías de modo que cualquiera las pueda entender. "Por eso todos manejen los términos panic attack,
TOC (trastorno obsesivo compulsivo), bipolar. Algunos maestros hablan así, y Juancito pasa a ser un TOC, María una bipolar,
y Luisito un ADD. Se los etiqueta y se les hace perder la identidad", explica Dueñas.
Hay varios cuestionarios que circulan por colegios y hospitales.
Se pregunta sobre la conducta de los chicos, se suman los puntos de las respuestas y así surge el diagnóstico. Las preguntas
son del tipo '¿El chico está como en la luna? ¿Sus trabajos son desprolijos?'... Si da ADD, en la mayoría de los casos, el
paso que sigue es la medicación. Y la medicación que se da en estos casos es peligrosa, requiere receta por triplicado, como
la morfina.
La más común es la Ritalina. La droga base es el metilfenidato,
un estimulante que hace que mientras dure el efecto el chico esté hiperconcentrado. "Esta droga estaba de moda en los 70,
los estudiantes universitarios la tomaban para estar despiertos, pero se dejó de usar por sus efectos adversos —asegura
Dueñas—. Cierra el apetito, da dolor de cabeza, trae problemas urinarios, derrames cerebrales, riesgos cardiovasculares
y hasta muerte súbita" (Ver Una droga...).
"Todo chico que presenta dificultades con su atención, es hiperactivo
o impulsivo puede ser englobado en la clase de los ADD. Y pasa a 'ser' ADD", opina Juan Vasen, psiquiatra infantil. Cuenta
que pusieron a prueba uno de estos cuestionarios en el Policlínico de Neuquén: sobre 1300 alumnos, el 48% padecía ADD. "Algo
falla en este método...", ironiza Vasen. Habla de la moda del "hágalo usted mismo", en vez de buscar ayuda profesional.
"El tema ADD se transformó en una bolsa de gatos. Hay una tendencia
a homogeneizar en lugar de identificar. Atrás de estos chicos 'que se portan mal' puede haber situaciones de duelo, violencia
doméstica, mudanzas, divorcios. Y en lugar de indagar en el problema, de interpretarlo, de analizarlo, se lo tapa con pastillas",
dice el psiquiatra.
Desde que llegó el documento al Ministerio de Salud se formó
una comisión especial para analizar el tema. "Hay una clara sobremedicación. Vamos a alertar a la población. Hay problemas
que deben resolverse con diagnósticos serios, y no con pastillas", dice Ana Speranza, directora nacional de Salud Materno
Infantil.
Por su parte, la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos)
acaba de sancionar la Disposición Nø 2123, mediante la cual estableció que los prospectos de las especialidades medicinales
indicadas para el tratamiento del ADD deberán incluir un nuevo texto de indicaciones, precauciones, contraindicaciones y advertencias.
"La norma surgió como fruto de un trabajo conjunto entre profesionales de la ANMAT y de la Dirección Nacional de Salud Materno
Infantil. El objetivo de este trabajo compartido es promover un mejor abordaje para el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad,
la cual requiere un abordaje multidisciplinario desde los aspectos psicológico, pedagógico, social y terapéutico", dice un
comunicado de ANMAT.
El Ministerio de Educación también tiene novedades sobre el asunto.
"Estamos terminando un material que vamos a presentar en el segundo semestre a los equipos técnicos que hacen de apoyo a las
escuelas de todo el país. Lo que buscamos es contribuir a pensar de otro modo, es decir, a que no se instale esta idea de
que cualquier chico es ADD y hay que medicarlo", dice Alejandra Birgin, subsecretaria de Equidad y Calidad Educativa.
Una crítica frecuente a la educación es que no adaptó su estructura
—antigua, para muchos— al tiempo vertiginoso actual. "Es el gran desafío: trasmitir saberes culturales y a la
vez adaptarse al nuevo tiempo, pero la escuela tampoco tiene que tener ritmo de video clip —opina Birgin—. Hay
que comprender a la infancia de hoy, pero sin renunciar a la función esencial de la escuela".
A favor y en contra
En contra León Benasayag, neuropediatra, considera inadecuada y riesgosa
para la salud de los pacientes la utilización de medicación para tratar el llamado ADD, sobre todo en niños. "Carece de un
origen definido, o único, pues no existe una base genética, tampoco es una entidad clínica determinada, ni por su sintomatología
o evolución, y no tiene pruebas científicas que lo documenten. El llamado ADD no es una enfermedad ni un Síndrome. El llamado
ADD es una agrupación de características o circunstancias, que pueden aparecer por múltiples causas, ser transitorios, y variables
en su evolución. No existen pruebas de un gen específico que la determine y tampoco existen estudios valederos sobre el factor
hereditario".
A favor Claudio Michanie, jefe de la Sección de Niños y Adolescentes
del Departamento de Psiquiatría del CEMIC, opina que la medicación es necesaria. "Lo fundamental es que el diagnóstico esté
bien hecho", aclara. Asegura que el 80% de los casos de ADD tiene origen genético: "Está relacionado con un disbalance en
la producción cerebral de dos neurotransmisores: Dopamina y Noradrenalina. Y estudios de metabolismo cerebral evidenciaron
menor actividad metabólica en la base de la corteza cerebral frontal". Para Michanie, el ADD "tiene base biológica y no psicológica".
Dice que "quienes llegan a la adultez sin haber recibido tratamiento muestran una tasa de abuso de alcohol y drogas que duplica
la de la población que no sufre el trastorno".
El debate también llegó a la tevé En los Estados Unidos el trastorno por déficit de atención es casi un
tema nacional. Allí se estima que el ocho por ciento de los estudiantes está medicado. Así que el problema ya fue tratado
por varias de las series de televisión más populares. Un caso es el de Los Simpsons. Hubo un capítulo
en el que Bart fue medicado para controlar su mal comportamiento escolar, pero la medicación no sólo que no cumple con el
efecto esperado sino que le causa un sinnúmero de malestares físicos, además de ponerlo extremadamente paranoico. South
Park es una serie que con un lenguaje y situaciones poco amables cuenta la vida de cuatro chicos de tercer grado
de un colegio de Colorado. Un capítulo estuvo enteramente dedicado a contar lo malo que eran los efectos de la Ritalina. Amas de Casa Desesperadas también trató el trastorno.
La maestra de los mellizos (dos de los cuatro hijos de Mercedes Morán, en la versión argentina) insiste en que los nenes tienen
ADD. Los deriva a un médico, que recomienda medicación. Al comprar las pastillas la madre se siente culpable de dárselas a
los chicos y comienza a tomarlas ella. Lo que ocurre es que se vuelve adicta a la medicación.
Artículos complementarios:
"Los conflictos deben tratarse en terapia, no con remedios" Diario Clarín, Domingo 22 de abril de 2007. Buenos Aires, Argentina
Una droga con efectos adversos muy severos Diario Clarín, Domingo 22 de abril de 2007. Buenos Aires, Argentina
IMPORTANTE: UN NUEVO FORO MÉDICO QUE SE OCUPA DEL ADD DESDE UNA PERSPECTIVA MÁS
SALUDABLE
Un grupo de profesionales (psicólogos, psiquiatras, pediatras, neurólogos, psicopedagogos) preocupados
por el auge que ha tomado en los últimos años la patologización y medicalización de la infancia.
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Advierten que hay un exceso de medicación
en los chicos por Síndrome de Déficit de Atención
Pediatras y psicólogos aseguran que muchos maestros derivan a
los alumnos para tratamiento por SDA y que no están facultados para ello. Advierten que la medicación no resuelve la conducta
conflictiva y que la falta de atención puede responder a distintas causas.
El aumento de los casos de niños en edad escolar que son derivados por el Síndrome de
Déficit de Atención (ADD) en todo el país para un tratamiento farmacológico preocupa a pediatras, psicólogos, psicopedagogos
y psiquiatras quienes piden mayor control por parte del Estado, consignaron fuentes médicas.
"Alertamos varias veces
sobre el incremento de sobrediagnósticos de ADD en niños en edad escolar y preescolar por parte del personal docente y, como
consecuencia de ese hecho, de la sobremedicación de metilfenidato -la droga empleada en esos casos- en los niños", denunció
a Télam Silvia Morici, de la Sociedad Argentina de Pediatría.
La psicóloga, quien integra el Comité de Salud Mental
y Familia de la SAP, aseguró que "estamos ante un problema grave, del que son concientes la mayor parte de
los profesionales de la psicología y muchos pediatras y neurólogos".
Por ese motivo, "el año pasado acordamos un documento
que fue presentado ante el Ministerio de Salud de la Nación en el que reclamamos que se profundice en el estudio del síndrome,
se alerte por los sobrediagnósticos de ADD y por los efectos secundarios de la medicación,
así como las conductas adictivas que producen en los niños", señaló Morici.
Por su parte, la especialista
Alicia Gamondi, quien coordina un posgrado de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA) y la Universidad de Ciencias
Empresariales y Sociales (UCES) opinó que la tendencia "responde a la tendencia de encuadrar al chico dentro de lo que exige
el sistema mediante la medicalización de la infancia y obedece a una corriente norteamericana que beneficia a los laboratorios
y que en la actualidad es resistida por los especialistas europeos", explicó Gamondi.
"La sobreexigencia de
padres sobre sus hijos y la presión escolar de alto rendimiento que se repite en colegios de todo el país es uno
de los contextos donde germina esta tendencia", puntualizó la psicóloga.
"Los pediatras empezaron a ver que el metilfenodato
no sólo no solucionaba la (conducta) conflictiva del niño en la escuela sino que produce trastornos endocrinológicos, glandulares,
cardíacos, entre otros trastornos, como insomnio y depresión", dijo Gamondi.
Según relató la especialista, "muchos
docentes y personal de gabinete de algunos colegios diagnostican sin estar facultados y los padres ven en
esta opción de tratamiento la resolución de un aspecto sensible para ellos: "los miedos ante el éxito o fracaso de sus hijos
y al riesgo de quedar excluidos del sistema".
Por su parte, Irene Loyácono, directora del Centro de Terapia con Enfoque
Familiar (CETEF), aseguró que "la falta de atención es un síntoma que puede aparecer por distintos motivos o responder a distintos
cuadros clínicos, por eso, tratarlo como si respondiera a una sola causa no es más que una aberración".
"Existen trastornos
de desarrollo neurológico que originan hiperactividad, comportamiento impulsivo y problemas de atención y se indica un tratamiento
psicotrópico pero no es el caso de la mayoría de los chicos", dijo Loyácono. "Los laboratorios mandan cartillas a los colegios
para crear la demanda de psicofármacos", aseguró Loyácono.
En este sentido, ayer se conoció una demanda para que se
prohíba el suministro de psicofármacos a niños en establecimientos educativos de nivel preescolar y primario, que fue presentada
ante la justicia en lo contencioso administrativo.
La demanda, presentada por el abogado Gregorio Dalbón "en nombre
de un grupo de padres", consignó que "actualmente" y en "diferentes institutos educativos nacionales de nivel preescolar y
primario" a los alumnos que "no atienden en clase" se les hace un diágnóstico "carente de verdadero rigor científico" y se
los medica "con drogas de uso legal para cuadros complicados de salud".
(Fuente: Télam)
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